redactado por Alexandra Daniššová
Ya
un poco sabemos qué pasa
a los estudiantes que vienen de Erasmus a España. Pero, ¿qué tal
lo llevan los españoles en el extranjero? La frase “viajar
enriquece a la persona” es una de las más verdaderas que existen,
y también puede ser la razón por la cual la gente se atreve a
cruzar las fronteras y experimentar una verdadera aventura. Desde mi
punto de vista y como esta no es mi primera vez en el extranjero,
estar fuera del país siempre hace madurar a uno, le abre los ojos
para ver la realidad, la vida como tal, le hace esforzarse para ganar
pequeñas luchas diarias, le enseña a pagar los recibos, cocinar,
lavar la ropa, arreglar todo el rollo burocrático que le espera al
venir al país nuevo. Pero también le muestra la cara más
sonriente. Conoce nueva gente, se hace amigos de ellos y al final
acaban siendo una familia. Su viaje cambiará totalmente de rumbo, y
adoptará el motto
renacentista de vivir el momento y disfrutar del día. Conocerá
nuevos lugares, nuevas culturas, abrirá su mente y su visión a la
vida, y la que que había tenido hasta entonces, cambiará. Todo lo
cambiará. La vida que conocía antes ya no será la misma y, aunque
muchas veces tendrá ganas de volver a casa (porque se siente
abandonado o que nadie le entiende), al volver acabará con ganas de
experienciarlo de nuevo. De repente aparece una sed enorme para
cambiar del aire. Las memorias y experiencias gratificantes se le
guardan tan dentro de su cuerpo, que le sirven como un motor hasta
que no lo consiga de nuevo. Seguramente los “viajeros” saben de
qué estoy hablando.
Pero ¿qué tal si echamos una ojeada a los erasmus en Praga? Praga es, donde está mi alma mater, la Universidad Carolina, por lo tanto me interesaría cómo lo están pasando ahí los erasmus españoles. ¡A ver que dirán sus paredes del FB! Decir adiós siempre duele más, cuando vas a un lugar completamente desconocido, sin saber cómo se comportará la gente, sin conocer su mentalidad, sin saber cómo funcionará el sistema de la universidad, sin conocer la gente con la que vivirás. Pero, y eso es muy importante, al superar este miedo inicial, ya verás que tu viaje irá mereciendo la pena cada dia más y más.
Las
welcome erasmus party, o sea, fiestas de bienvenida para los
erasmus, se hace también el en país centroeuropeo. Son
una
buena manera de hacer
amigos
internacionales, quitarse el miedo inicial y la inseguridad que lo
acompaña. Es la primera oportunidad para salir con gente nueva, pero
también para conocer a más gente de tu país que también está
estudiando
en la misma ciudad, y así formar una pequeña comunidad de los
“familiares” en el extranjero.
Al
principio, creo que también tal como a m, Al principio, creo que también tal como a mí, a tí también te
atrapará el cáracter fuerte, propio, y extraordinario que tiene
Praga a diferencia de otras ciudades europeas y, especialmente, de
las españolas. Es un lugar muy acogedor con sus pequeñas
calletitas, cafeterías, librerías, tienditas con las cosas de
artesanía y cerámica... Además, es un lugar donde se concentra una
historia muy larga. Poco a poco irás conociento sus partes más
antiguas, más impresionantes, como es el castillo de Praga con su
catedral de san Vít, fuNdada por el conde Václav, que se convirtió
en el patrón celestial del pueblo Checo, en el siglo X. Luego el
imprescindible Puente de Carlos, construido durante el reinado del
emperador Carlos IV del imperio Alemán en el siglo XIV, que se
convirtió en el símbolo de la República Checa y en el lugar más
visitado por los turistas. Por lo tanto, no eres un buen erasmus si
no sacas una foto en el puente ( :D ).
No
puedo olvidar la famosa plaza de san Václav, con su estatua en el
caballo en la parte superior de la plaza, que, por cierto, no es don
Quijote como uno pudiera pensar al principio. Justo al lado a la
estatua se encuentra el Museo Nacional. Tampoco no hay que olvidarlo
¡¡¡ a sacar las fotos!!!
Praga
es una ciudad como hecha para los paseos por el casco antiguo, por el
centro. Sin embargo, una vez conocida la ciudad, conocida la gente,
los amigos hechos, puede comenzar la fiesta. La ciudad ofrece varios
lugares donde salir, cada uno con su cáracter destacable. Los más
populares son: Nebe, Cross, PopoCafePetl, Mecca, Retro, James Dean...
Y como los españoles saben cómo divertirse ¡qué viva la fiesta!
Como
en Praga suele hacer frío, no se puede estar todos los días de
fiesta. Ese es el momento cuando las noches madrugadas aparecen
sustituidas por un poco de nostagia y eñoramiento de España. Pero
los españoles no se dejan rendir y mejor
hacen este sentimiento tan desagradable algo más divertido. La
comida tradiciponal española y la cena con los amigos siempre
acarician el corazón.
Y
cuando ya estás acostumbrado y reconciliado con la realidad de estar
fuera sin ver a tus familiares o amigos que dejaste atrás, viene el
momento de las mejores sorpresas que hay en el mundo.
A
pesar de los kilómetros que os separan, y a pesar de las amistades
nuevas, las viejas no se olvidan ni desaparecen. Están presentes, se
mantienen y se profundizan. La distancia te enseñará a apreciar más
a tus amigos de antes, a los momentos con tus familiares, a la
pequeña atención que se presta cuando uno está tan lejos y piensa
que ya está olvidado. De eso y de mucho más es el Erasmus.









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